Ralla el calabacín y colócalo en un colador.
Espolvorea un poco de sal sobre el calabacín rallado y déjalo reposar durante unos 10 minutos. Esto ayudará a que el calabacín escurra el exceso de jugo.
Después de 10 minutos, exprime bien el calabacín rallado para eliminar la mayor cantidad posible de jugo restante.
Paso 2: Mezclar los ingredientes
En un tazón, combine el calabacín escurrido, la avena, el queso rallado, los huevos, la pimienta y el cebollino picado.
Mezcla bien todos los ingredientes hasta que estén bien combinados. Notarás que la mezcla se va uniendo para formar una deliciosa mezcla con queso.
Paso 3: Hornear a la perfección
Precaliente el horno a 180°C (360°F).
Vierta la mezcla de calabacín en una fuente para horno, distribuyéndola uniformemente.
Coloque el plato en el horno precalentado y hornee durante 20 minutos hasta que la parte superior esté dorada y el interior esté cocido a la perfección.
Después de 20 minutos, saca el recipiente del horno, destapa y vuelve a colocarlo en el horno durante otros 10 minutos para asegurarte de que la parte superior esté bien dorada y crujiente.