- Preparar el horno: Precalienta el horno a 200°C (400°F).
- Preparar los ingredientes: Lava bien las papas y córtalas en rodajas de aproximadamente 1 cm de grosor. Puedes dejar la piel si lo prefieres. Pela y pica los ajos finamente.
- Aderezar el pollo: En un bol, mezcla el aceite de oliva, el ajo picado, el pimentón, el tomillo, el romero, el jugo de limón, sal y pimienta al gusto. Unta bien los muslos de pollo con esta mezcla. Si tienes tiempo, déjalos marinar en el refrigerador durante al menos 30 minutos, aunque también los puedes hornear inmediatamente.
- Preparar las papas: Coloca las papas en una bandeja para hornear. Rocíalas con un poco de aceite de oliva y sazónalas con sal, pimienta y un poco de romero (opcional). Si prefieres las papas más jugosas, añade un poco de caldo de pollo en el fondo de la bandeja.
- Hornear: Coloca los muslos de pollo sobre las papas en la bandeja para hornear. Asegúrate de que no se toquen demasiado, para que se cocinen de manera uniforme. Hornea en el horno precalentado durante 40-50 minutos o hasta que el pollo esté dorado y bien cocido (la temperatura interna del pollo debe ser de al menos 75°C o 165°F).
- Servir: Una vez que los muslos de pollo estén dorados y las papas tiernas, retíralos del horno. Sirve el pollo con las papas al lado y disfruta de este delicioso platillo.
Consejos:
- Si prefieres un pollo más crujiente, puedes subir la temperatura a 220°C (425°F) durante los últimos 10 minutos de cocción.
- Para un toque extra de sabor, puedes añadir cebolla o zanahorias cortadas en rodajas a la bandeja.
- Si quieres una opción más ligera, puedes quitar la piel del pollo antes de hornearlo.
¡Espero que te guste esta receta! Es simple, sabrosa y perfecta para una comida familiar.