- Preparar la masa:
- En un bol grande, mezcla la harina, el azúcar y la sal. Haz un hueco en el centro y agrega la levadura y la leche tibia. Mezcla suavemente.
- Añade los huevos uno a uno, incorporando bien después de cada adición.
- Incorpora la mantequilla y amasa hasta obtener una masa suave y elástica (aproximadamente 10 minutos). Puedes hacerlo a mano o con una amasadora.
- Fermentar:
- Coloca la masa en un bol ligeramente engrasado, cúbrelo con un paño húmedo y deja que fermente en un lugar cálido durante 1-2 horas, o hasta que haya duplicado su tamaño.
- Preparar el relleno:
- En un bol, mezcla el azúcar y la canela (si la usas). Reserva.
- Formar los rollos:
- Una vez que la masa haya fermentado, colócala sobre una superficie enharinada y estírala en un rectángulo de aproximadamente 1 cm de grosor.
- Unta la mantequilla derretida sobre la masa y espolvorea la mezcla de azúcar y canela uniformemente.
- Enrolla la masa de manera que quede un cilindro y corta en porciones de aproximadamente 5-6 cm.
- Segundo levado:
- Coloca los rollos en una bandeja para hornear forrada con papel pergamino. Cúbrelos con un paño y déjalos reposar durante 30-45 minutos, hasta que aumenten de tamaño.
- Hornear:
- Precalienta el horno a 180 °C (350 °F). Pinta los rollos con el huevo batido.
- Hornea durante 20-25 minutos, o hasta que estén dorados.
- Enfriar y decorar:
- Saca los rollos del horno y déjalos enfriar sobre una rejilla. Si deseas, espolvorea azúcar glas por encima antes de servir.
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